de maig 14, 2009

Las Mujeres en Prisión

Descarga este documento

El tema: Ataques Sexuales y Abusos de conducta contra las Mujeres en Prisión.

El desequilibrio de poder existente entre guardias y prisioneras se manifesta en el uso de fuerza física directa e indirecta, lo que nace de la total dependencia de las prisioneras en los guardias para sus necesidades básicas, y en la habilidad que ellos tienen de controlar y manipular el acceso a los privilegios. Algunas mujeres son forzadasa hacer favores sexuales a cambio de comida o productos higiénicos, o a cambio de no ser castigadas.

  • Impotencia y humillación.
    Hay 148,200 mujeres encarceladas en prisiones federales y estatales. En los centros correccionales federales el 70% de los guardias son hombres. Los records muestran que empleados correccionales han cometido violaciones sexuales y otros tipos de ataques sexuales, tales como extorsión sexual y manoseos durante registros personales. Los empleados correccionales que son hombres ven a las mujeres cuando se desvisten, bañan o usan el inodoro, y atacan (frecuentemente en forma brutal) a aquellas que se quejan de dichas violaciones y humillaciones.
  • Represalias y temor.
    En varios estados los guardias tienen acceso e incentivos para revisar los records personales de las prisioneras (incluyendo los records de quejas hechas contra ellos mismos o contra otras autoridades correccionales). Los guardias amenazan a los hijos de las prisioneras y manipulan los derechos de visitaci?ara silenciarlas. También emiten tickets castigando las infracciones de las reglas, lo que les alarga el tiempo en prisión a las mujeres si se quejan, y las que se quejan son generalmente segregadas.
  • Impunidad
    En EE.UU. los inefectivos procedimientos formales, legislativos e informativos en las prisiones y cárceles han resultado, en gran medida, en una mayoría de los abusos sexuales contra las mujeres que han ocurrido en prisión. En 1997, de acuerdo al Departamento de Justicia de EE.UU., solamente 10 empleados en todo el sistema federal fueron castigados y otros 7 procesados. Si un oficial de prisión es declarado culpable, simplemente lo transfieren a otra instalación. A veces la prisionera también es transferida.

Veáse también el informe de AIUSA "The Issue: Sexual Assault and Misconduct Against Women in Prison" (Publicación en Inglés).

El tema: Las sentencias y la guerra contra las drogas.

Un estudio hecho en 1997 por el Departamento de Justicia de EE.UU. demostró que una gran cantidad de los culpables de ofensas menores de drogas, sin historiales de violencia o con historiales mínimos de crimenes previos, y que no eran figuras principales en organizaciones o actividades criminales, y que aún así recibieron sentencias iguales a las recibidas por criminales de alto relieve, eran mujeres. Entre 1986 y 1996 el número de mujeres enviadas a prisiones federales por crimenes de drogas aumentó un 1000%.

  • De acuerdo al Boston Globe, "casi 26% de aproximadamente 2000 hombres y mujeres encerrados en las prisiones de Massachusetts por crimines de drogas no tenían récords de crimenes anteriores.... Lo que es peor, casi tres de cada cuatro traficantes de drogas que son procesados en casos importantes, pero que acuerdan entregar a los fiscales acusadores cantidades substanciales del dinero que es producto de la venta de drogas, logran escaparse de servir sentencias largas... El resultado: aquellos que no tienen dinero o información para dar a los fiscales frecuentemente son condenados a largas condenas mandatorias."
  • En 1986 un 12% de las mujeres en prisiones estaban allí por ofensas de drogas. En 1991 un 32.8% de las mujeres encarceladas estaban en prisión debido a dichas ofensas. (Women in Prison, Survey of State Prison Inmates, 1991. Departamento de Justicia de EE.UU., Marzo 1994, NCJ 145321/Publicación en Inglés)

Veáse también el informe de AIUSA, “The Issue: The War on Drugs: The Source of the Explosion” (Publicación en Inglés).

El tema: el Abandono médico de las mujeres encarceladas en prisiones de EE.UU.

A las mujeres frecuentemente les niegan recursos y tratamientos médicos esenciales, especialmente durante el embarazo y/o cuando sufren enfermedades crónicas y degenerativas.

  • Fracasos en recomendar tratamiento para prisioneras enfermas gravemente y las tardanzas en dicho tratamiento.
    Las mujeres prisioneras sufren de enfermedades no tratables tales como asma, diabetes, anemia de células falciformes, cáncer, abortos espontáneos y ataques de convulsiones, sin tener acceso a la atención médica, lo que algunas veces resulta en la muerte o daños permanentes; y se debe notar la falta de acceso a medicaciones que podrían salvarle la vida a las que sufren de VIH/SIDA.
  • Falta de personal competente y recursos adecuados, uso de personal sin experiencia médica.
    Hay poco personal calificado para atender las necesidades de salud físicas y mentales de las prisioneras. Con frecuentia esto resulta en retrasos en la atención médica; en la interrupción y poca calidad del tratamiento, lo que causa mayores sufrimientos para las prisioneras que padecen de enfermedades crónicas y degenerativas tales como el cáncer. También les dan sobredósis con medicamentos psicotrópicos a las prisioneras; y existe la falta de tratamiento mental adecuado. El uso de personal sin experiencia médica para examinar los pedidos de tratamiento es bastante común.
  • Cobros por atención y cuidados médicos.
    Varias prisiones/cárceles violan los estándares internacionales y cobran a las prisioneras por la atención médica, usando el argumento que los cobros por servicios de cuidado de salud evitan que las prisioneras soliciten atención debido a problemas menores o para evitar trabajar. En algunas prisiones de máxima seguridad, donde las prisioneras no trabajan, el Departamento de Justicia de EE.UU. expresó preocupación que los cobros a las prisioneras son impedimentos para que ellas tengan acceso al cuidado médico.
  • Cuidados inadecuados para la salud reproductiva.
    En 1994 el Instituto Nacional de Correcciones declaró que el ofrecimiento de servicios ginecológicos para las prisioneras es inadecuado. Solamente la mitad de los sistemas carcelarios estatales analizados ofrecen servicios para las mujeres tales como mamogramas y pruebas del Papanicolau (Pap smears) y estos con frecuencia requieren largas esperas para recibir atención.
  • Encadenamientos durante el embarazo
    El encadenimiento de todos los prisioneros, incluyendo a las mujeres embarazadas, es la política oficial de las prisiones federales y el Servicio de Alguaciles de EE.UU. (US Marshall Service) y existe en casi todas las prisiones estatales. El encadenamiento durante el parto puede causar problemas tales como hemorragia y ritmos cardíacos fetales reducidos. Si se usa la cesárea durante el parto, un atraso o tardanza de aún sólo 5 minutos puede resultar en daño cerebral permanente para el bebé.
  • Falta de tratamiento para los abusos de substancias.
    El golfo entre los servicios disponibles y las necesidades de tratamiento continua creciendo. El número de prisioneras con historiales de abuso de drogas está creciendo, pero entre 1991 y 1997 la proporción de las que reciben tratamiento ha bajado del 40% al 18%.
  • Falta de servicios adecuados o apropriados de servicios de salud mental.
    Entre el 48% y el 88% de las prisioneras han sufrido abusos sexuales o físicos antes de ser encarceladas y sufren de desordenes de stress post-traumático. Solo pocas prisiones ofrecen ayuda. Las mujeres que buscan tener acceso a los servicios de salud mental reciben rutinariamente medicación sin tener la oportunidad de recibir también tratamiento de psicoterapia.

Veáse también la publicación de AIUSA, “The Issue: Medical Neglect of Women in U.S. Prisons” (Publicación en Inglés).

El tema: la discriminación de género, racial y de identidad sexual.

El incremento en el número de prisioneros ha impactado principalmente a las minorías, especialmente a los afroamericanos. Las mujeres son más vulnerables a todas las formas de discriminación, incluyendo los abusos o ataques sexuales. Las mujeres que no se conforman a las "normas" sociales, tales como las lesbianas, corren mayores riesgos de ser torturadas o abusadas.

La discriminación racial

En un lapso de 5 años los niveles de encarcelamiento para las mujeres afroamericanas creció un 828%. (NAACP LDF Equal Justice, Primavera 1998) Las posibilidad que la afroamericana tiene de ser encarcelada es ocho veces mayor que la de la mujer euroamericana; las mujeres afroamericanas constituyen casi el 50% del total de la población femenina en las prisiones y la mayoría de ellas están allí sirviendo condenas por ofensas no-violentas de uso de drogas o robos de propiedad.

  • Las mujeres latinas corren riesgos de encarcelamiento cuatro veces mayores que los de las mujeres euroamericanas.
  • Las leyes federales y estatales estipulan sentencias mínimas para los acusados del uso o venta de drogas. Esto tiene el efecto de eliminar la opción que podrían tener los jueces de mandar a aquellos que han cometido ofensas (no-violentas) por vez primera a recibir tratamiento, asesoría y educación en programas, en vez de mandarlos a prisión. La disparidad racial está evidenciada en las sentencias por uso de crack versus las sentencias por uso de cocaína, lo que garantiza que más afroamericanas sean encarceladas.

La discriminación por motivos de identidad sexual

  • Human Rights Watch ha documentado las categorías de mujeres que corren riesgo de sufrir abuso sexual. La identidad sexual (real o percibida) es una de las cuatro categorías que hacen que una prisionera corra mayores riesgos de ser abusada sexualmente y sufrir represalias si se queja de dichos abusos.
  • Si una mujer es lesbiana, su defensa en casos criminales se hace más difícil. En EE.UU. miembros de jurados han respondido preguntas en encuestas sobre qué factores podrían hacer que ellos fueran más duros con un acusado, y la identidad sexual fue la categoría más mencionada, en una proporción tres veces mayor que las menciones de raza. (National Law Journal 11/2/98)
  • El caso de Robin Lucas muestra cómo la identidad sexual puede causar que una mujer sufra más abusos o tortura a manos de los guardias. Robin fue encarcelada en una prisión de hombres donde los guardias permitieron que otros prisioneros la violaran. Ellos se burlaban de la relación entre ella y otra mujer, diciéndole que talvez ellos "podrían hacerla cambiar de opinión."

Veáse también el informe de AIUSA, "The Issue: Discrimination Based on Gender, Race and Sexual Orientation" and "The Issue: The Impact on Children of Women in Prison" (Publicación en Inglés).

Para ver el informe, "Not Part of My Sentence: Violations of the Human Rights Of Women in Custody" (en inglés) y otra información sobre los derechos de la mujer, visíte el Programa para los Derechos Humanos de la Mujer en el sitio de Internet http://www.amnestyusa.org/spanish/mujeres/wwww.amnestyusa.org/women o llámenos al teléfono (212) 633-4292.

http://www.amnestyusa.org/derechos-humanos-de-la-mujer/hojas-de-datos-sobre-los-derechos-humanos-de-la-mujer/las-mujeres-en-prision/page.do?id=1107447

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada